martes, 9 de octubre de 2018

Explorando Moncton

Hola Chavalada!

Una vez más vuelvo a la brecha a contaros otro chorretón de memeces que espero que os entretengan un ratico.

Como iba diciendo en mi última publicación, mi primera incursión en los asuntos locales fue muy divertida e instructiva. Evidentemente en unas horas de pateo, por largas y agotadoras que fueran, no me dio tiempo a conocer ni la décima parte de las cosas interesantes que he estado viendo y experimentando durante éste casi mes y medio que llevo aquí.

Al día siguiente de ese viernes agotador me fui con Rebe a dar un voltio por el centro, que los fines de semana está más animado si cabe que a diario, que es bastante. A la espalda de Main St. está el mercado local. Los Sábados y los Domingos está concurridísimo y a parte de encontrar puestos de fruta, verdura, carne, huevos y demás productos de granjeros locales, hay un montón de puestos variados de comida, queso, pan, dulces, cosméticos naturales chiringos de comida variada, café y artesanía.


↑Ésto me trajo un recuerdo de pádel...😥



A la puerta del mercado hay un aparcamiento bastante amplio donde también suele haber movidilla; conciertos... Un par de semanas después otro sábado nos dejamos caer por alli, porque es muy socorrido para pasar un buen rato un sábado por la mañana y estaban presentando la nueva temporada de los Wildcats que son el equipo local de hockey.







Lo cierto es que aunque sea una ciudad pequeña siempre hay algún evento, fiestuqui,, ... animando al personal por lo general en el centro.


Espectáculos tan americanos como el Wrestling (no pudimos ir esta ocasión pero ya caerá)



Otro día después de dar un paseo por el Centenial Park vamos hacia el centro a tomar una cerve y nos encontramos con la inauguración del nuevo palacio de congresos que también será estadio de los Wildcats y están de concierto. Los tíos eran un grupo local que hacía versiones y estaban emocionadísimos porque era la primera vez que tocaban en un escenario al aire libre, pero tocaban de cojones...




Como se aprecia en las imágenes, el público no acompañaba mucho, y es que hacer algo así en horario infantil (17:00) no es lo mismo, pero aún así lo pasamos cojopendiásticamente.

Otro sábado nos bajamos al centro porque Rebe tenía que ir a arreglar papeleo de la seguridad social y nos encontramos con que habían cortado Main St. Luego nos enteramos de que había un torneo de borriquería, también muy típico americano, patrocinado por una empresa de transportes local.
Como previa al torneo una profesora de zumba se subió al escenario para amenizar el calentamiento, que fue muy completo, con su Macarena y todo, por supuesto.







En fin, que nos pasamos un rato muy entretenido y después de ver los dos primeros enfrentamientos de 2ª ronda nos fuimos a comer porque eran más de las 14. Se me quedó la espinita de ver en acción al equipo de Moncton High que eran todos unos chavales tirillas del instituto homónimo y que no creo ni que movieran el camión.

En ése "nos fuimos a comer" voy a aprovechar para hablaros de la gastronomía autóctona.
En suma se puede decir que es totalmente inexistente. Mucho guarreo de hamburguesas nachos y carnaza a la brasa, que por cierto está muy rico pero no creo que en sí mismo llene un capítulo gastronómico a la altura. En realidad es una lástima, porque tienen una materia prima excelente. Tenemos la costa a 20 minutos 25 km más o menos y aquí las vacas no necesitan alimentarlas con pienso porque es más barata la inmensidad de hierba disponible y sin embargo no saben qué coño hacer con ello. La prueba evidente de ésto es que no hemos encontrado en Moncton, Dieppe ni Riverview, que son los tres pueblos que conforman esta pequeña ciudad una sóla pescadería o carnicería que le llegue a los talones a cualquiera de las que puedes encontrar en Madrid. En las carnicerías todo lo que encuentras son cortes para asar, chuletones para la barbacoa, carne picada para hamburguesas,... todo de una carne estupenda, pero sin mucha imaginación. Parece lógico pensar que si no lo hay es porque la gente no lo consume, es decir, no cocinan más allá de lo que os he contado (seguramente ésto también tenga mucho que ver con la abundancia de pizzerías y restaurantes chinos, coreanos y vietnamitas...).
Con el pescado y el marisco pasa ídem. A pesar de estar junto a la costa las pescaderías de Moncton tienen más arcones frigoríficos que mostradores con hielo. Encuentras muy poco pescado fresco, sí, muy bueno, pero contado. La mayor parte está congelado o/y en platos precocinados congelados. La primera vez que nos aventuramos a hacer una paella encontramos mejillones y almejas frescas, el resto tuvo que ser congelado. Lo que sí te venden vivvito y coleando son ostras y las langostas, que son recojoneras.


↑Nuestra primera paella americana


↑Alegre entusiasmo pre-ingesta

Sin embargo, y a pesar de lo que yo me temía por ser un país tan frío, las frutas y verduras ni son escasas ni caras. Tanto en los supermercados como en la frutería a la que me he aficionado tienen muy buena fruta y verdura y no es en absoluto cara, en algunos casos incluso más barata.


↑Nuestra primera tortilla americana

Por todo ello y por la inercia todopoderosa nosotros hemos seguido y seguiremos comiendo al modo y horarios castizos que nos van mejor. El asunto de los horarios es incluso ventajoso, porque cuando nosotros vamos a comer o a cenar no es cuando los garitos están a tope con las cenas o comidas y nos sentamos donde nos sale de la punta del pelo.

No obstante, de vez en cuando, nos aventuramos a probar cosas nuevas y de hecho una vez a la semana le hacemos el vacío a la cocina para dejar que nos sirvan. Fue así, y a modo de celebración también, como el sábado siguiente a mi llegada (el jueves) nos fuimos a cenar a un garito del centro que está muy bien "The Keg".


Después de una sesión de postureo y tal, que le gusta mucho a mi chica (aunque me regaña y suele repetir las fotos siempre le cuelo algún mongolismo), nos bajamos al centro y como de costumbre, me lo pegaron mis padres, llegamos como 30 minutos pronto así que propuse tomar una cerve. En la acera de enfrente del Keg pasamos por un callejón y com o a 20 m había una terraza muy concurrida, asique dijimos "pues aquí mismo". De esta manera fue como conocimos el "Pump House" que es mi garito favorito del centro.


El Pump es un Brew Pub. Para los que no lo conozcan, Brew es un maravilloso verbo anglosajón  relativo a la artesanía, concretamente para la fabricación de cerveza. Tienen una variedad inagotable y también la venden embotellada tanto en el pub como en las licorerías (otro de esos tópicos confirmados de los que luego os hablaré un poco, me refiero a las licorerías).


No se puede negar que algunas de ellas son "cerveza"; me refiero a que algunas son rarunis o que  tienen más que ver con un postre. La Radler sabe casi más a pomelo que a cerveza y la de los arándanos... bueno, en fin, que tienen que ganarse al personal, no sólo a los amantes de la cerveza... De cualquier manera os aseguro que tienen cuatro o cinco tipos de cerveza que se te pira la olla (pedid una premium lager).



Además no se trata de un sitio muy caro. Ese par de cañones que tengo delante de la jeta cuestan 11 CAD en la terraza (dentro son un poco más caras 🤨). Es un sitio muy popular para las cenas; las hamburguesas son deliciosas y aquí también probamos el único aporte a la cocina (por decir algo positivo) que ha hecho este rincón del mundo. Me refiero a la Poutine, que es un plato consistente en patatas fritas intensamente con queso cheddar que se ha derretido por el calor de las mismas, todo ello cubierto de gravy que es una típica salsa anglosajona a base de caldo de pollo. ¿Está rico? Pues, sí, pero, ya me diréis...
Bueno, que tenemos la reserva ya mismo. El Keg está muy bien. Es un sitio donde igual puedes cenar, que tomarte unas copas. Los platos, por lo que vi, adolecen de la misma falta de elaboración que en todas partes, pero no se puede negar que son expertos en guarreos, y que lo que no cocinan es excelente





Para cerrar el capítulo gastronómico os voy a hablar un poco del chupe. Lo primero es que aquí es un poco más caro, no mucho. Lo segundo es que no venden alcohol en cualquier parte. En los supermercados se pueden encontrar sidras y algunos vinos, bastante reguleros por lo general (Chile, Sudáfrica, California, Argentina...), pero ni una cerveza. Por supuesto, bebidas más fuertes ni de coña. Si quieres unas cervezas, o un martini, o cualquier bebida espiritosa dirígete a una licorería.



Tampoco sé mucho acerca de estos sitios pero creo que son expendedurías estatales (provinciales) al estilo de los estancos. La cerveza la tienen en una sala refrigerada que tienes que echarte una trenca para entrar porque se te ponen los pezones como de mármol. En éstos sitios sí que se encuentra vino en condiciones, pero pagas como unos 20 CAD o más por una botella que valga la pena (no me refiero a un vino cojonudo, digo uno que se deje beber).







Y creo que ya está bien por hoy, o ¿qué?
Un saludo ...